Zaragoza. 6 de agosto: pajaritas en recuerdo de Ramón Acín

El recién creado Ateneo Paco Ponzán, asociación de memoria histórica libertaria aragonesa, está coordinando un acto de homenaje al artista, maestro, periodista y pedagogo libertario oscense Ramón Acín, asesinado el 6 de agosto de 1936. El objetivo de la iniciativa: que la crueldad del fascismo no logre borrar su recuerdo.

El próximo 6 de agosto se cumplen 84 años del cruel asesinato de Ramón Acín Aquilué. Rememorando una acción del anarquista y guerrillero antifascista, Francisco Ponzán, alumno de Acín, el Ateneo Paco Ponzán -asociación de memoria histórica libertaria aragonesa de reciente creación, impulsada por profesores e historiadores- anima a la gente a que, ese día, luzcan el dibujo de la pajarita, la obra más conocida de Acín.

Mezclando lo analógico y lo virtual, “animamos a ponerse una pajarita de papel en la solapa o en la terraza de un bar, o en la mesa de trabajo, pero también a poner la imagen en los perfiles de las redes sociales, de WhatsApp a Facebook, Twitter… o a llevar lápices de colores a su tumba en el cementerio de Uesca, para conseguir que la crueldad del fascismo no logre borrar su recuerdo”.

Anarquista, maestro, periodista y artista, Ramón Acín nació en Uesca un 30 de agosto de 1888. Fue asesinado a los 47 años de edad, el 6 de agosto de 1936, pocos días después del golpe de estado militar contra la República. Su vida en la capital altoaragonesa transcurre entre sus clases, su dedicación al arte y su militancia en la CNT que le costó cárcel, exilio y finalmente su muerte y la de su mujer, Conchita Monrás, asesinada 17 días después.

“Hoy en día se le recuerda más vinculado a su obra artística, tanto pictórica como escultórica, que a su vida militante. Pero ni su obra ni su magisterio podrían entenderse plenamente al margen de su implicación en el movimiento libertario”, afirma el Ateneo Paco Ponzán impulsor de esta iniciativa, para la que ha invitado a sindicatos libertarios, como CGT y CNT, y a las asociaciones de recuperación de la memoria aragonesa. Hasta ahora, ya se han sumado CNT Uesca y CGT Aragón.

El 18 de julio de 1936, como representante de la CNT, fue una de las personas que fueron a reunirse con el Gobernado de la capital oscense para pedir armas y lealtad a la República. Con falsas promesas se retiró a su domicilio. La traición y mentiras del Gobernador harían que Uesca cayera en manos fascistas al día siguiente. Ramón se vio obligado a esconderse en un hueco tras un armario junto a su mejor amigo Juan Arnalda. Cansado de ver cómo los falangistas maltrataban a su mujer en busca de información sobre su paradero, Acín tomó la resolución de entregarse. Antes, le dibujó a Arnalda un bigote para que pudiera escapar camuflado en la noche. Arnalda murió en Francia en 1977; Acín, en las tapias del cementerio de Uesca unos días después, el 6 agosto de 1936. A pesar de haberse entregado para evitar las torturas a su mujer, Conchita Monrás, los falangistas también se la llevaron detenida y fue asesinada el 23 de agosto junto a otras 94 personas.

“Ramón fue una persona querida y recordada. Fue un gran artista, autor de importante sobras escultóricas y pictórica. Una persona generosa que donó su premio de lotería a su amigo Luís Buñuel para que lo invirtiese en su película las Hurdes. Un gran maestro que dejó una huella profunda entre sus alumnos, en especial en Francisco Ponzán, héroe durante la II Guerra Mundial”, apunta el Ateneo.

Paco Ponzán homenajeó a su manera a su maestro y amigo: en noviembre de 1941 se infiltró junto a otros compañeros en Barcelona y llevaron a cabo una acción en recuerdo de Acín y Durruti repartiendo decenas de pajaritas para que los y las barcelonesas se las pusieran en la solapa.

Las Pajaritas es quizá el monumento más conocido de Ramón, erigido en el Parque de Uesca el año 1929. Cuando el autor supo de la intención del Ayuntamiento oscense de construir un parque en la ciudad, escribió lo siguiente: “Las aguas, las escuelas, los árboles. He aquí los tres problemas capitales de la ciudad. Todo para los niños, la higiene, la cultura, la alegría y la salud. Los niños son la única esperanza de un mañana mejor”. Las Pajaritas sobrevivieron a la guerra y la dictadura y siguen presentes hoy en día en el Parque.

Al año siguiente, en 1942, de nuevo Paco se arriesgó para homenajear a su maestro y mentor. Esta vez hizo llegar, por distintos medios, y distribuir por Uesca el siguiente manifiesto: “Ramón Acín, el mejor de los hijos de nuestro pueblo. Hace seis años que un puñado de asesinos segó su vida. El tiempo no puede borrar su recuerdo. Hoy, mañana, siempre, los trabajadores, los que tienen hambre y sed de justicia, piensan en él. En el Artista, en el Maestro, en el Hombre bueno que consagró su existencia a la causa de los hambrientos y a quienes mil veces les habló de un mundo sin amos, sin esclavos… Ramón Acín murió como había vivido. Escupiendo a la cara de sus verdugos el desprecio que en tantas ocasiones, también había escupido al rostro de los tiranos. Cómo él murieron muchos de sus discípulos. Los unos con las armas en la mano. Los otros, indefensos ante los piquetes de ejecución. Todos y cada uno serán vengados, con el aplastamiento del fascismo y con el resurgir de una vida, donde el hombre no sea un lobo para el hombre, Una sociedad en la que cada uno produzca y consuma según sus necesidades. Ramón Ací, Evaristo Viñuales, Jesús Otal, Juan Barrabes, Alfredo Atares, Miguel Gella, Máximo Franco, Domingo Justes…, hombres entre centenares, que os hablan de la CNT, de la Libertad y de Vida… Al recordarlos hoy. Alimentad vuestra fe en el mañana, vuestro desprecio a los verdugos que se pasean por nuestras calles: vuestro odio a los que sumieron nuestro pueblo, en la noche más triste de nuestra historia… Trabajadores de Huesca y su provincia, la Confederación Nacional del Trabajo, los Anarquistas, al recordar sus muertos, os saludan y os hablan de su fe, en un mañana mejor”.

La huella de Ramón fue indeleble en sus alumnos. Paco y Evaristo Viñuales pidieron ser enterrados junto a su maestro, ninguno vio cumplido su deseo. El primero fue capturado y asesinado por tropas nazis que quemaron sus restos a las afueras de Toulouse impidiendo cumplir su deseo. El segundo se suicidó el 1 de abril de 1939 en el puerto de Alicante ante la toma de las tropas fascistas. A Ramón Acín, años después de su muerte, lo exhumaron de la fosa en la que lo echaron sus asesinos, reconocieron su cuerpo por los lápices de colores que asomaban de la camisa de pijama que llevaba cuando fue detenido.

Dentro de esta iniciativa para recordar a Ramón, el Ateneo quiere contactar también con Aragón TV para solicitar la proyección, el mismo 6 de agosto dentro de su programación, de la cinta ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’, dirigida por Salvador Simó en 2018, galardonada con el Premio Goya a la mejor película de animación, y que cuenta con la participación de la televisión pública aragonesa. La película narra, precisamente, esa anécdota del premio de lotería que Acín regaló a su amigo Luís Buñuel.

6 de agosto: pajaritas en recuerdo de Ramón Acín