Salamanca. 30/03/2021. Murio Josefina Cuesta, pionera de la memoria histórica en España

Catedrática emérita de la Universidad de Salamanca, reflexionó sobre las grandes injusticias del siglo XX

Maria José Turrión / 30 mar 2021 – 12:17 CEST

El día 30 de marzo de 2021, tras una corta enfermedad y rodeada por su familia, ha fallecido la catedrática emérita de la Universidad de Salamanca Josefina Cuesta Bustillo (Villamolón, 1947-Salamanca, 2021). Estudió en ese centro, donde se doctoró y obtuvo Cátedra en Historia Contemporánea. De su magisterio, experiencia y generosidad, se beneficiaron varias generaciones. Si su tesis doctoral, que giró en torno a la Organización Internacional del Trabajo, la llevó a especializarse en Historia social del siglo XX. Fueron sus iniciáticos viajes a París, en la década de los setenta, los que la condujeron a L’École des hautes études y a las clases de Pierre Nora, director de Les lieux de la memoire. Con él se formó en el concepto y la relación existente entre memoria e historia, un tema al que quedó vinculada de por vida y que la situó como pionera de esos estudios en la universidad española. Esa temprana mirada hacia la memoria, implicó altas dosis de valentía y altitud de miras en un camino que no le fue cómodo ni fácil, pero los márgenes siempre fueron familiares a las mujeres y Josefina en este sentido los utilizó como palanca para empoderarse.

Entendía que la memoria en España se había erigido sobre crímenes de Estado, violaciones de derechos humanos y sobre sistemas de opresión que generaron silencios y olvidos

En su libro, La odisea de la memoria: historia de la memoria en España siglo XX (2008), que constituyó su gran aportación teórica en el campo memorialístico, reflexionó sobre los trabajos de la memoria en España desde la Segunda República hasta el periodo democrático, pasando por la Guerra Civil y la dictadura franquista. Un pensamiento, el suyo, que entendía que la memoria en España se había erigido sobre crímenes de Estado, violaciones de derechos humanos y sobre sistemas de opresión que generaron silencios y olvidos. En el terreno académico, nos legó brillantes análisis derivados de ese poder innato que tenía para el estudio conceptual del objeto de trabajo. La función social de la historia, con la profesora Cuesta, adquirió categoría de empresa.

Su valía profesional se puso de manifiesto en la dirección de numerosas tesis doctorales, publicación de artículos, libros, congresos y en los comités de los que formó parte, como el de la ANECA; fue patrona y colaboradora del Centro Documental de la Memoria Histórica; directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad de Salamanca; cofundadora y codirectora de la colección Memoria de Mujer, de ediciones USAL, serie dirigida a la difusión de los estudios de género de carácter multidisciplinar, necesaria para la recuperación de la memoria de muchas mujeres, entre otras, la de republicanas, anarquistas, socialistas o comunistas que abrieron brecha en la incipiente democracia española de los años treinta. Fue estrecha su colaboración con asociaciones de memoria, especialmente con la Asociación de Memoria y Justicia de Salamanca.

Construyó una red de redes de investigación en torno a la historia de las mujeres donde tuvo especial relevancia la educación universitaria, formando un ambicioso equipo de investigación liderado por las mejores especialistas. Su capacidad de trabajo, valentía, y solidaridad la hizo participar de manera desinteresada en múltiples empresas sociales, aportando su humanidad personal. Desde muy joven entendió la Universidad como una plataforma de educación sin fronteras, donde la diversidad y la diferencia conducían al enriquecimiento; enamorada de la vida, le apasionaba viajar, conocer, saber… y en coherencia con todo ello fue profesora invitada en diversas universidades de Europa, como la Universidad de París VII, Denis Diderot, el Institut Catholique de París, la Universidad de Toulouse, y en otras de Latinoamérica, en países como México, Chile o Argentina.

Josefina escribió, no hace mucho, refiriéndose al trasvase entre memoria e historia, que este no estaba “carente de conflictos, de problemas, de interpretaciones disidentes, y de añagazas”, ¡Ay, Josefina! Qué añagaza esta última, cuando fue solo hace unos días que nos quitábamos la palabra de proyectos inmediatos.

Descansa en paz amiga y maestra.

María José Turrión, es historiadora y exdirectora del Centro Documental de la Memoria Histórica.