Canadá. «El silencio de los otros» lleva a las víctimas del franquismo al festival Hot Docs

ELDIARIO.ES | EFE | TORONTO (CANADÁ) | 28-4-2018

El filme español “El silencio de los otros” se ha presentado en el festival Hot Docs de Toronto, el más importante del cine documental de Norteamérica, para ofrecer la perspectiva de la lucha de las víctimas del franquismo por obtener justicia.

Los dos directores del film, la española Almudena Carracedo y el estadounidense Robert Bahar, se han desplazado a Toronto para participar en el estreno norteamericano de la película junto con uno de sus protagonistas, José María Galante “Chato”, que fue torturado por la Policía política franquista cuando era un estudiante.

En una entrevista con Efe en Toronto, los tres expresaron su satisfacción por el estreno de “El silencio de los otros” en Hot Docs.

“Es importante y estamos muy contentos”, dijo Carracedo que llega a Toronto tras el estreno mundial del filme en la Berlinale en febrero, donde obtuvo dos de los galardones más importantes, el premio de la Paz de la Fundación Heinrich Böll y el de la audiencia entre los documentales de la sección Panorama del festival alemán.

Galante añadió que “es un paso muy importante. Una de la mejores fórmulas para que en nuestro país se pueda revisar su historia es que empiece a ser vista como algo reconocido internacionalmente”.

Tanto Carracedo como Bahar señalaron que el objetivo del documental es plantear un diálogo en la sociedad española ante un tema que para muchos no existe a pesar de que es una de las piezas fundamentales del retorno de la democracia a España hace más de 40 años.

“Nuestro objetivo con el documental era humanizar un tema que está muy politizado, porque obviamente el tema es muy político pero transciende la política, para llegar a esa conexión humana. Y precisamente la manera era crear una intimidad”, declaró Carracedo.

“Siempre quisimos que por un lado las víctimas pudieran verse representadas y tener una película. Que existan, porque estamos en un contexto en el que las víctimas no son reconocidas como víctimas. Pero también queríamos llegar más allá”, continuó la directora.

“Queríamos hacer una película, y por eso hemos invertido tanto tiempo, tanto esfuerzo, tanto sacrificio, que pudiera llegar más allá de esa inmediatez misma de las víctimas que necesitan la película”, dijo.

“Precisamente porque es una película que va dirigida al conjunto de la sociedad, no a los que ya creen que hay que trabajar la memoria sino para que la gente entienda que tenemos que repensar ese presente. Y servir como herramienta de diálogo. De conversación, exclusivamente”, terminó señalando.

Para Bahar, lo más difícil del filme era encontrar un final.

“Siempre es difícil hacer un documental cuando estás grabando un proceso y no sabes cómo va a terminar ese proceso. Hemos recibido el apoyo de la televisión pública de Estados Unidos. Siempre nos preguntaban cuál va a ser el final de la película. Y siempre les decíamos que lo íbamos a encontrar, que estábamos en ello”, dijo.

Carracedo y Bahar explicaron que el filme, que se gestó en 2010 con la aparición en los medios de comunicación de las informaciones sobre bebés robados durante la dictadura, necesitó siete años de grabaciones y 14 meses de edición.

Para Galante, que en 1971 era un estudiante de 21 años que fue torturado durante doce días por el entonces inspector de Policía Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño, lo más difícil fue revivir lo sucedido en las mazmorras de la Brigada Político Social en Madrid.

“Hacemos un acto en el que reunimos víctimas de ese torturador. Nunca había hablado de eso más que con gente que también había sido torturada, con compañeros en la cárcel. Pero nunca lo había hablado socialmente ni siquiera con mi compañera, con la que llevo 40 años juntos”, explicó.

“Ella por primera vez me escuchó contar lo que era la tortura. Eso para mi fue muy duro. Quizás tienes pudor. No quieres contar algo que va a causar desasosiego, malestar. Entiendes hasta que punto puede resultar duro a la gente”, continuó.

“A partir de ahí, he hablado de esto en algunas circunstancias y he visto que hay gente que tiene que levantar e irse, porque no es capaz de soportarlo. Eso a mi me costó. Pero era imprescindible hacerlo, porque se debía conocer lo que pasó”, añadió.

“Es un señor con nombres y apellidos que ha sido condecorado por la democracia, que fue condecorado por la dictadura, que vive a menos de 1 kilómetro de mi casa y que es alguien capaz de haber cometido crímenes contra la humanidad. Eso para mí fue el momento más duro de la película”, concluyó.

A pesar de las torturas sufridas, para Galante lo peor es la impunidad con que viven los autores de esas violaciones de los derechos humanos.

“Lo peor que uno sufre es la idea de que impunemente, esa misma persona que te ha torturado, es condecorada por la democracia. Que tu sigues siendo un delincuente al que no se le ha anulado tu condena”, declaró.

Por ello, terminó diciendo Galante “declarar ante la jueza, pensar que hay un juez oyéndoles, que se ha acabado la impunidad”, es la que da más satisfacción a las víctimas y supervivientes.

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