Miguel Muñoz Plata

Bornos
Cádiz
Romero Romero, Fernando
Los hechos probados constitutivos de delito que constan en la sentencia del consejo de guerra que condenó al presidente de la UGT de Bornos (Cádiz) son que «se distinguió como uno de los principales cabecillas de la revolución, permaneciendo en el ayuntamiento en los primeros días del glorioso Movimiento Nacional, intentando organizar los desmanes con que pensaban oponerse al mismo, sin que llegaran a cometerse por falta de decisión, huyendo a la zona enemiga e ingresando en el Ejército rojo hasta la terminación de la guerra».

                El carpintero nacido en Bornos el 10 de diciembre de 1906 y con domicilio en el n.º 1 de la calle Carretero era uno de los líderes socialistas de su pueblo. Decían que contaba con una cultura superior a la de la mayoría de los obreros, que les leía la prensa y solía pronunciar discursos en la Casa del Pueblo. Por eso sus adversarios políticos lo responsabilizaban de cuantas huelgas y conflictos sociales hubo durante la República.

                Durante las jornadas que siguieron al golpe estuvo concentrado en el ayuntamiento con los miembros de la corporación municipal. Fue uno de los veintitantos militantes de izquierdas que se marcharon del pueblo cuando se adueñaron de la situación. Él lo hizo en torno al 22 de julio y durante la primera quincena de septiembre estuvo refugiado en Villaluenga del Rosario, donde trabajó en una carpintería por orden del comité. Mientras tanto, los golpistas desencadenaban en Bornos una sangrienta represión que se llevó por delante cerca de un centenar de vidas. A mediados de septiembre, cuando las columnas sublevadas ocupaban los últimos reductos republicanos de la serranía gaditana, Miguel partió hacia Estepona y Málaga. Continuó ejerciendo su oficio de carpintero en la iglesia de San Juan de Málaga, que fue habilitada como albergue para refugiados, hasta que en enero de 1937 fue evacuado a Cataluña en ferrocarril. Se instaló con otros refugiados en Pueblo Español (Barcelona), hasta que en junio fue llamado a filas.

                Hizo la instrucción en el cuartel Voroshilov y fue encuadrado en el 257 Batallón de la 132 Brigada, en la que alcanzó en empleo de sargento. Su unidad fue destinada al frente de Aragón y en la provincia de Teruel recorrió las posiciones de Alcoriza, El Pajazo, Las Parras de Martín y Carboneras, hasta que la ofensiva del ejército rebelde la obligó a retirarse hacia Utrillas y Sagunto (Valencia). Después fue destinado a Villavieja (Castellón). Estuvo tres meses de baja hospitalizado en Valencia y, cuando se reincorporó en noviembre de 1938, intentó desertar a la zona enemiga, pero fue descubierto y detenido en la iglesia del Carmen de Valencia.

                Quedó detenido en la cárcel municipal cuando regresó a Bornos el 30 de abril de 1939, desde donde el 20 de noviembre lo trasladaron al castillo de Santiago de Sanlúcar de Barrameda y posteriormente pasó a la prisión del partido de Jerez de la Frontera. Fue en esta ciudad donde el 7 de mayo de 1940 se celebró el consejo de guerra que lo condenó a doce años y un día de cárcel por auxilio a la rebelión militar. Se desconoce la fecha exacta de su liberación, pero sí se sabe que a finales de 1944 estaba desterrado en Lagartera, en la provincia de Toledo.