Manuel Aguilar Gil

Zahara
Cádiz
Romero Romero, Fernando; Villalba Palma, Manuel

Manuel Aguilar Gil nació en Zahara de la Sierra (Cádiz) el 15 de julio de 1908. Era obrero agrícola y en 1936 estaba afiliado a la UGT. Durante las semanas siguientes al golpe militar se dedicó al carboneo en la finca Cambronera, propiedad de Vicente Pérez Astete. A finales de agosto Pérez Astete le mandó recoger las aves de corral de la finca, que estaba en medio de las líneas de fuego, y cuando regresó a Zahara fue detenido por unos falangistas que lo pasearon por las calles con las gallinas y una burra que llevaba. Él se asustó y, temiendo que le ocurriese algo, se marchó ese mismo día hacia Grazalema, que aún no había sido ocupada por los rebeldes y donde hizo servicios de guardia a las órdenes del comité. Tras permanecer dos semanas en Málaga sin encontrar trabajo, se marchó a Benamejí, donde logró colocarse en las obras de una carretera y donde también logró reunirse con algunos familiares que llegaron desde Benaoján. Tras la caída de Málaga pasó a Almería y a Tarancón (Cuenca), donde trabajó siete meses en obras del ferrocarril.

En 1938 se incorporó al Ejército Popular de la República en la Caja de Reclutas de Cuenca. Fue destinado a la enfermería del Grupo de Sanidad de la 61ª Brigada en Teruel y, tras dos meses hospitalizado por enfermedad en Cuenca, fue enviado a Madrid con la 4.ª División del 2.º Cuerpo de Ejército. Al terminar la guerra fue recluido en el campo de concentración de Puente de Vallecas.

El 17 de abril de 1939 ingresó en la cárcel de Zahara, desde donde fue trasladado a la prisión del castillo de Sanlúcar de Barrameda en noviembre del mismo año y en febrero de 1940 pasó a la prisión de partido de Jerez. Aunque algunos informes lo presentaban como un «significado extremista» que había tomado parte en todos los conflictos sociales y huelgas anteriores al golpe de 1936, Manuel quedó absuelto en el consejo de guerra que se celebró en Jerez el 28 de mayo de 1940 y el 25 de junio fue puesto en libertad provisional. Al aprobar la sentencia el auditor le impuso un año de castigo en un batallón de trabajadores, pero no fue necesario que ingresase por haber cumplido ya ese tiempo con exceso en prisión preventiva.

Fuente: F. Romero Romero y M. Villalba Palma: Zahara de la Sierra. Caciquismo, República y Guerra Civil. Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (CGT-A), 2019.