Justo Deza Montero

Puente Genil
Córdoba

Justo de San Rufo Deza Montero, jornalero de profesión, fue un destacado dirigente socialista de Puente Genil (Córdoba), una de las localidades en las que, primero y más fuertemente, se implantó este credo obrerista en la provincia de Córdoba.

Nació en la villa del Genil, concretamente en la calle Nueva número 50, el 18 de diciembre de 1899. Fue hijo de José Deza Fernández y María Montero Martínez y hermano, entre otros, de Rafael, nacido el 9 de abril de 1896, y Marcos, el 16 de noviembre de 1897, ambos con una destacada presencia en la vida política pontanesa.

La primera noticia sobre la actividad política de los Deza la encontramos en la obra de Juan Díaz del Moral, Historia de las agitaciones obreras andaluzas, donde se indica que en el mes de junio de 1917 las juventudes socialistas de varios pueblos celebraron un Congreso y constituyeron la Federación Regional de Juventudes Socialistas Andaluzas, cuyo Comité tenía su sede en Puente Genil. Ni la Federación ni su Comité, presidido por Deza, llegaron a actuar. Aunque sólo figura el apellido, García Parody nos informa de que el presidente de las Juventudes Socialistas de Puente Genil y de la Federación fue Marcos (en esas fechas, el secretario era Gabriel Morón). Más tarde, en 1919, tanto Marcos como Justo fueron reelegidos respectivamente en los cargos de Presidente y Secretario de las Juventudes.

Como militante de esta sociedad se identifica nuestro biografiado en su primera colaboración enviada al periódico montillano Fuerza y Cerebro: un poema titulado “El Mendigo”, publicado el 10 de septiembre de 1919.

Son estos años de debate en el seno de las agrupaciones socialistas y, sobre todo, entre sus juventudes como consecuencia del triunfo de la revolución rusa. Así, como menciona el profesor Barragán: en Andalucía, los logros de la revolución bolchevique serán asumidos por el órgano de las Juventudes socialistas “Juventud Andaluza”, en el que intervienen hombres como Gabriel Morón, Juan Rejano, Justo Deza, etc. Esta fascinación por la aventura soviética la podemos apreciar en alguno de los artículos que publica Deza, con apenas 20 años, en Fuerza y Cerebro.

Por estas fechas, promueve en su pueblo, junto a Antonio Verdú Suárez, Eustaquio Sotomayor, Gabriel Morón y otros, unas páginas de lucha: Juventud Rebelde, publicación cuyo carácter desconocemos al no haber localizado ningún ejemplar.

En mayo de 1920, se celebrará en Puente Genil un congreso de las Juventudes Socialistas andaluzas, cuyo principal objetivo consistirá en aclarar la discusión del problema planteado. No nos extraña que los hermanos Deza, como miembros destacados de la directiva de la Juventud Socialista pontanense, tuvieran una activa participación en este encuentro.

Asimismo, tal y como se desprende de su propio testimonio, interviene en las elecciones legislativas anteriores al golpe de Primo de Rivera, apoyando al candidato socialista Francisco Largo Caballero:

Al ministro de Trabajo hace bastantes años que lo conocimos de cerca por haber tenido que estar a su lado y actuar con él en todo un período electoral de las últimas elecciones que hubo en España antes del golpe de Estado […].

Seguidamente, como a tantos españoles, le toca realizar el servicio militar, donde vivirá de cerca los horrores de la guerra de África. El mismo Deza, en un artículo publicado mucho tiempo después en El Sur, nos da algunas informaciones sobre esta etapa de su vida:

[…] Yo era soldado, y desde el 23 de Junio de 1921 a últimos de 1922 estuve interviniendo en la tragedia de Melilla. El regimiento donde prestaba mi servicio era expedicionario y volvió repatriado a Málaga (su guarnición). Nos encontrábamos alojados en el cuartel de Capuchinos, por donde pasaban todas las fuerzas que iban para Melilla […]

Durante esta estancia en Málaga, fue testigo de la revuelta que se produjo en la ciudad por el traslado de un nuevo grupo de soldados a Melilla. Incluso, siempre según su testimonio, formó parte del retén que realizó el servicio de guardia montado en la última noche del único condenado a muerte por los sucesos: el cabo José Sánchez Barroso (que, finalmente, fue indultado).

En el citado artículo, nos proporciona información sobre sus colaboraciones periodísticas, cuando recoge el siguiente ruego de Sánchez Barroso:

[…] yo no he causado daño alguno ni he llevado a nadie a la rebelión, y, convencido usted de mi inocencia, quisiera que lo hiciera público desde los periódicos en que escribe […]

Tras varios años sin noticias sobre su vida (suponemos que tras la mili volvería a su localidad natal), sabemos que se presenta como candidato socialista en las elecciones municipales del 12 abril de 1931, resultando elegido concejal de la corporación pontanesa (con 555 votos). Aquí desarrollará su labor durante buena parte de la II República.

Desde este momento su presencia en la vida local y provincial es constante. Valgan los siguientes ejemplos:

En las elecciones legislativas de junio de 1931 es nombrado candidato a efectos de intervención.

A finales de este año, localizamos su primera colaboración en la prensa cordobesa, concretamente en Política, con un artículo titulado “Impóngase el gobierno”.

En el congreso celebrado por los alcaldes y concejales socialistas celebrado en la Casa del Pueblo de Córdoba en marzo de 1932, Justo Deza es elegido uno de los secretarios que componían la mesa y miembro, asimismo, de la comisión de paro obrero junto a otros nombres ilustres del socialismo cordobés: Antonio Cabello, Miguel Ranchal o Joaquín García Hidalgo.

A finales de 1932, nuestro biografiado figura como presidente de la Sociedad de Agricultores “La Vegetación” de Puente Genil, adscrita a la UGT, cargo para el que es reelegido, al menos, en 1934.

Su preocupación por los temas agrarios es constante. En el mes de marzo de 1933, aparece como vocal de la representación obrera de la Agricultura en la Bolsa de Trabajo de su localidad, cargo que ostentará hasta agosto de 1934.

Algo más tarde, propone en el seno de la Corporación la creación de una Comisión de Obreros y Patronos para la bina.

Y a comienzos de octubre, asiste a la Asamblea de Trabajadores de la Tierra celebrada en la Casa del Pueblo de Córdoba, sobre la que escribe una extensa crónica en El Sur.

Tiene una participación activa en las elecciones de 1933, donde realizará las funciones de interventor socialista. Además, actúa como testigo de los poderes electorales otorgados por los candidatos Manuel Medina Romero y Manuel Cordero López a diversos ciudadanos y ciudadanas de Puente Genil (entre otros, la esposa y la cuñada de Justo Deza).

Es uno de los oradores que interviene en la celebración en su pueblo de la Fiesta del Trabajo el 1º de mayo de 1934.

Poco más tarde, aprovechando unas supuestas “irregularidades” de la corporación de Puente Genil, son suspendidos los ediles socialistas, entre ellos Justo y Marcos, que no recuperarán su puesto hasta el 20 de febrero de 1936, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones legislativas. A partir de esta fecha Justo Deza volverá, también, a su puesto como vocal en la Bolsa de Trabajo.

Con ocasión de la represión sufrida por los ediles socialistas y republicanos de izquierda, y tras la revuelta de Asturias, su domicilio es uno de los registrados por las fuerzas de la Guardia Civil con el objetivo de encontrar armas.

A pesar de su condición de jornalero, no cabe duda del alto nivel cultural de Deza, manifestado, fundamentalmente, en sus múltiples colaboraciones en la prensa obrera cordobesa (Política, El Sur y Córdoba Obrera) y en la labor que, sin duda, desarrolló en Acción, un periódico editado por los socialistas ponteños.

El comienzo de la guerra civil le sorprende en su localidad, donde enseguida se apresta a defender la legalidad republicana. Por ello, forma parte de uno de los dos comités de defensa de la República creados (junto a sus hermanos y otos destacados líderes obreristas). La toma del pueblo por los rebeldes le obliga a huir de Puente Genil. Gracias a su testimonio, publicado en La Vanguardia y en El Socialista (11 de septiembre de 1936), sabemos qué sucedió en su pueblo en los primeros días del inicio de la contienda.

Poco después, lo tenemos instalado en Pozoblanco. Allí, por el testimonio de Bartolomé Carrera Peralbo, recogido por Francisco Moreno, conocemos lo siguiente:

Esto es lo que teníamos que administrar en la colectividad, que se llamó Sociedad Obrera Agrícola, de la UGT, con más de 1000 socios (incluidos algunos comunistas). Como asesor estaba el famoso socialista de Puente Genil Justo Deza Montero, representante de la FNTT (toda la guerra estuvo hospedado en mi casa). Él era el secretario de la FNTT, y yo el presidente.

Sobre su estancia en Pozoblanco, nos abundan dos referencias más: la hallada en el periódico Vida Nueva, órgano provincial de la UGT de Cuenca, en su edición del 19 de julio de 1938, que lo vincula a la Casa del Pueblo de esa localidad; y la aparecida en el libro de Francisco Moreno sobre la posguerra en Córdoba, donde nos dice: Durante la guerra había residido en Pozoblanco, en la directiva de una colectividad agraria, donde probablemente fue apresado al final de la guerra.

Durante todo este tiempo continuó sus colaboraciones en la prensa. Ya hemos mencionado más arriba sus testimonios en La Vanguardia y en El Socialista. En éste último, concretamente en su edición del 11 de noviembre de 1936, hallamos una crónica de guerra firmada por Justo Deza desde la posición de El Tirado.

Según el testimonio de algunos familiares Justo Deza fue apresado al final de la contienda civil, trasladado a Córdoba y fusilado. La confirmación de su muerte, nos la aporta Francisco Moreno, quien recoge las dos siguientes noticias al respecto:

En Puente Genil propinaron otras muchas palizas, sobre todo al que había sido presidente del Comité de Guerra, José Mora Valencia ferroviario socialista, al que llevaron a fusilar el 24 de abril de 1940. Idéntico calvario sufrieron Justo Deza Montero y otros muchos. En tales condiciones, más que fusilar, los remataban.

[…] El día siguiente, 9 de noviembre, fusilaron [en Córdoba] a uno de los históricos del socialismo cordobés, Justo Deza Montero, de Puente Genil, donde había presidido, en este caso sí, el Comité de Guerra y pertenecía como concejal al Ayuntamiento desde 1931 […]. Cuando lo nombraron para la ejecución, se dice que salió valientemente, recriminando al fascismo y llamando a sus compañeros para que “tanta sangre derramada no quedara impune.

Estuvo casado con una activa militante socialista: Concepción Quero Cabello, conocida como “La Libertaria”, asesinada a los 29 años en Puente Genil, concretamente en el sitio denominado Caño Patarrón, a comienzos de la guerra civil. El matrimonio tuvo su domicilio en la calle Joaquín Costa (Nueva).