José García Rodríguez

Vélez-Rubio
Almería

José García Rodríguez nació en Albox, diputación de Saliente Bajo-Las Pocicas (Almería), el 2 de octubre de 1903. Fueron sus padres: Francisco García Galera y Francisca Rodríguez García.

Entre finales de 1914 y los comienzos de 1915, la familia García-Rodríguez se trasladó a Vélez-Rubio, estableciendo su residencia en el término de Espadín, a unos dos kilómetros del núcleo urbano.

A finales de 1920, José García emigra a la Argentina en donde reside hasta 1926, regresando para realizar el servicio militar, en Ceuta, un año después del plazo legal, previa autorización del Consulado o Embajada en Argentina.

El año 1928, finalizado su servicio militar, retorna a Argentina, en donde reside hasta principios de junio de 1935.

Regresa junto a sus padres y hermanos a Vélez-Rubio. En diciembre de 1935 se casa con Antonia Giménez Rodríguez, oriunda como él de Albox, pero residente en Vélez-Rubio desde las mismas fechas que los García-Rodríguez. El 05 de noviembre de 1936 nace su primer hijo, Francisco. Un año más tarde, su hija Francisca y en 1939 el menor, Juan Pedro. Durante la guerra fallecería la pequeña y en los meses posteriores al fin de ésta, el menor, debido a las miserias coyunturales.

Participa en la política local desde su afiliación al Partido Comunista de España, minoritario en las elecciones de 1936. Tras éstas, es nombrado Concejal para el Ayuntamiento de Vélez-Rubio hasta el 8 de abril de 1938, fecha en la que fue movilizado. Entre el 2 de diciembre de 1936 y el 28 de marzo de 1937 fue Alcalde-Presidente del Ayuntamiento del citado municipio.

El final de la guerra le alcanzó en Almería. Regresó a Vélez-Rubio para reunirse con su mujer y sus hijos porque, erróneamente, él creyó que al no tener, como así era, las “manos manchadas de sangre”, nadie tomaría represalias contra su persona.

Al llegar al pueblo fue detenido inmediatamente el 30 de marzo de 1939 y encarcelado, siendo constantemente maltratado y humillado hasta el momento en que un destacamento del ejército se hizo cargo de los presos.

En agosto de 1939 fue juzgado y condenado, sin pruebas, a dos penas capitales, acusándole de la muerte, por parte de milicianos, de José Miras, fundador de la Falange local. Alguien, para librarse de dichos hechos, le atribuyó la orden al grupo de milicianos forasteros. José García Rodríguez “el Pociquero” era un hombre de paz, incapaz de que se atropellase a nadie, y menos que se le privase de la vida, según los testigos recogidos a lo largo de los casi setenta años transcurridos.

A finales de diciembre de 1939 fue trasladado al presidio del Ingenio (Almería). La sentencia fue recurrida en su momento en tiempo y lugar. Los Sumarios fueron los nº 17, 18.999 y 30.675.

Por las cartas que de él conservamos, sabemos que solicitó de su esposa, mi madre, los útiles de su oficio de barbero, para trabajar y, poder así redimir pena.

El 8 de febrero de 1940 entró en capilla, ante la presencia de un grupo de fuerzas vivas de Vélez-Rubio, que urgieron su fusilamiento. Al amanecer del 9 de febrero fue entregado a fuerzas de Asalto “para el cumplimiento de la sentencia de pena de muerte”. La ejecución se realizó junto a las tapias del cementerio de San José (Almería) y allí, en una fosa del camposanto, fue enterrado junto a sus compañeros de infortunio, catorce en total (entre ellos una mujer y un compañero de partido éste también de Vélez-Rubio, Blas Navarro Laroca).

Con fecha 6 de noviembre de 1940 su viuda, D.ª Antonia Giménez Rodríguez, recibió de las autoridades militares de Almería el siguiente escrito dirigido a su difunto:

JUZGADO MILITAR DE ALMERÍA.
Sírvase comparecer ante este Juzgado de mi cargo, sito en calle Gayo el día 12 de noviembre sin excusa ni pretexto alguno, siendo a fin de notificarle la sentencia recaída.
Almería, 6 de noviembre 1940.
El Juez Militar [Firma ilegible]
[Sellado por el CONSEJO DE GUERRA SUMARÍSIMO DE ALMERÍA].
Sr. Don José García Rodríguez (a) El Pociquero. Calle Vélez Rubio (Almería).

En julio de 1965 visitamos mi madre, mi esposa y yo el cementerio de Almería. Un enterrador nos mostró la fosa vacía en la que fueron echados los cuerpos en 1940, comunicándonos que unos cinco años atrás –1960 – habían sido desenterrados y sus restos tirados al osario general. Nadie nos comunicó nada. Con fecha posterior, el 28 de julio de 1992, regresamos al mismo cementerio de San José y volví a consultar el libro de enterramientos del citado camposanto logrando que un funcionario del mismo me firmase un documento acreditando lo expuesto.

Hoy, 16 de octubre de 2008, yo, Francisco García Giménez, desde mi casa en Sabadell (Barcelona), les he relatado la biografía de mi padre, José García Rodríguez, en espera de que a él como a los demás se les haga justicia.