Antonio Espino Jiménez

Aguilar de la Frontera
Córdoba

Antonio Espino Jiménez, nació en Aguilar de la Frontera, el día 9 de enero de 1901, en una familia campesina, era el primero de cinco hermanos. Contrajo matrimonio con Francisca Pavón Guerrero, del que nacieron cuatro hijos.

El comienzo de la guerra civil, le sorprendió en Aguilar. Era Aguilar en el año 1936, un pueblo sin conflicto alguno entre patrones y obreros, prueba de ello es que las bases para el trabajo de ese año, se firmaron sin ninguna dificultad. Los acontecimientos que ocurrieron en Aguilar en el mes de Agosto de 1936, cambiarían por completo su vida y por ende la de toda su familia. El 18 de julio de 1936, tras la noticia del alzamiento militar, los obreros agrícolas tomaron el pueblo, encarcelando a la directiva local de Falange y AP y a algún que otro patrono.

El teniente de la Guardia Civil, hizo promesa expresa ese mismo día de fidelidad a la República ante el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera en pleno. No fue así, el día 19 de agosto, la Guardia Civil, publico el bando de guerra y tomó el Ayuntamiento, dejando libres a todas las personas encarceladas y encarcelando a la mayor parte del pleno del Ayuntamiento, entre ellos al alcalde socialista José Mª. León Jiménez, que fue fusilado el día 2 de agosto. La Guardia Civil de Aguilar, se destacó enormemente en la represión durante esos días, fusilando a varias decenas de personas.

Todo se mantuvo en este ambiente hasta el día 24 de julio, fecha en que Aguilar, fue bombardeada por la aviación nacional procedente de Sevilla, en la creencia de que los “rojos”, se habían hecho fuertes en Puente Genil y se dirigían a Aguilar para sitiarla y tomarla. Mucha gente murió en el bombardeo y otros muchos huyeron al campo. Antonio Espino Jiménez, se encontraba entre estos últimos, toda su familia, esposa, hijos, hermanos, padres,.huyeron a un cortijo propiedad de un patrón donde habitualmente todos trabajaban la mayor parte del año. Esto ocurría el día 25 de julio, día en que la Guardia Civil de Aguilar pidió refuerzos a las localidades vecinas, Lucena, Monturque, de donde llegaron más guardias civiles y se entabló un tiroteo que duró varios días, entre éstos y algunos obreros armados de escopetas.

Pasaban los días, y el 31 de Julio, Antonio Espino, acompañado de su hermano menor Manuel Espino Jiménez, y varios hombre más, decidieron ir a Puente Genil para aprovisionar de alimentos y otros menesteres a sus familias, que llevaban varios días en el campo. Descartaron acudir a Aguilar, porque tenían noticias de los tiroteos acaecidos días antes.

Su llegada a Puente Genil no pudo ser en peor momento. El día 31 de Julio, Puente Genil esta siendo tomada por tropas del comandante Castejón, que el día 28 de julio, con un único objetivo tomar Puente Genil. Atacaban Puente Genil una Bandera del Tercio, una compañía del Regimiento de Granada, un escuadrón de a pie, una compañía de sanidad, una sección de zapadores, otra de asalto, otra de requeté y otra de falange, además de varias baterías y vehículos blindados, a las que posteriormente se unirían otras columnas de guardias civiles, procedentes de Écija, y que se nutrirían de mas efectivos al pasar por las localidades de Fernán Núñez, Montilla y Aguilar. La ocupación de Puente Genil fue rápida. La represión salvaje.

A todos los hombres que encontraban en la calle, en sus casas, en las afueras se les fusilaba inmediatamente. Los aviones no cejaban en su bombardeo. Fue horrorosa la matanza, y se cuentan en más de mil los fusilamientos que se llevaron a cabo ese día. Antonio Espino, su hermano Manuel y varios acompañantes, fueron detenidos y encarcelados posiblemente en la improvisada prisión del “Molino del Marqués”. Reconocidos ambos por algunos guardias civiles de Aguilar, que se sumaron a las fuerzas procedentes de Écija , los maniataron y fueron conducidos a la cárcel de Aguilar de la Frontera, en la tarde noche del día 31 de julio.

La madrugada del día 1 de Agosto, apuntando el día, fueron junto con algunas personas más, subidos en camiones y conducidos a un paraje en las afueras del pueblo conocido popularmente, antaño, como el camino de las Vigas. El paraje estaba compuesto en su inmensa mayoría por barrancos y precipicios naturales. El sitio ideal, para perpetrar el crimen que tenían pensado sus verdugos. Esa misma mañana fusilaron a Antonio Espino Jiménez (36 años), Manuel Espino Jiménez (26 años) José Mª Alba Olmo (30 años) y Manuel Espada Casaña (33 años). Fueron asesinados, sin juicio, sin causa, sin sentencia legal. Ocultos los cadáveres aún no se sabe dónde, trascurridos mas de 70 años de estos acontecimientos.

Recuperar sus restos, encontrar sus cuerpos y dar digna sepultura a estas personas, se ha convertido en todo un desafío, un deber solidario que todos hemos de apoyar. Sus nombres, su historia, recuerdan las personas que fueron, transmiten su legado histórico y nos hacen poder recuperar la memoria perdida.